domingo, 1 de octubre de 2017

Lodo violeta en sepia

Arturo:

Estoy en un momento  raro, un momento de papel maché, de agua, de arena mojada y lodo. Siento que si me quedo quieta me hundo, me unto, me acabo.
Necesito constante calma, me molestan los ruidos fuertes, la luz, la compañía, la soledad. Puedo echarme a llorar en cualquier momento, pero no puedo sonreír.
Solías decirme que estaba hecha de fuego, y que eso era bueno. Siento que ya no lo estoy, que me apago, que me quemo como la colilla de un cigarrillo. Si hago silencio incluso puedo escucharlo.
Nunca había estado aquí, pensé que ya conocía este sitio, pero es nuevo y aterrador. Me mantengo en silencio, no olvido, me hablo a mi misma, me motivo, escucho a la gente en la radio porque me hacen sentir acompañada pero no pueden verme, no pueden sentirme.

Me hundo.
Siento como si estuviera en una piscina llena de lodo, todo es pesado, no puedo moverme, no puedo gritar.
Sé que están ahí, pero Josefo no me deja verlos. Nunca había sido tan grande, tan frío, tan espacioso. Es como ver una foto a través de un filtro, los recuerdos se fijan en sepia en mi cabeza.
Estoy en un momento que debía ser emocionante, satisfactorio, reconfortante.Pero aunque sé que están ahí, me siento profundamente sola.
Me perdí. Salí de mi misma y no siento que pueda volver. Me apagué y no encuentro como encenderme de nuevo. Y me doy baños de agua caliente constantemente, creyendo que el agua puede prender el fuego. Y tomo vino, pensando que el alcohol es inflamable.
Me rompí, pero no porque alguien se fue, sino por lo que pasó en mi en el tiempo en el que estuvo.
Tal vez me dediqué a ser un títere, y sin titiritero olvidé cómo moverme. Tengo el orgullo,  autoestima, y amor rotos. A dentro solo tengo espacios vacíos, como si me hubieran robado algo.
Alguna vez te escuché esa expresión, "Me hundo"  dijiste, y no la supe interpretar. Ahora soy yo la que se hunde y no te tengo, ni a mi.
Estoy en el mar, en mar abierto, sola, me volví invisible. Nadie sabe que estoy aquí, todos creen solo que estoy teniendo un mal día, un mal rato. Estoy llena de días de contemplación, me molesta la proximidad y estoy a una pastilla de la normalidad. Pero me niego, tal vez es solo cuestion de salir de viaje en una bandada de aves migratorias, y colonizar un nuevo planeta, no importa si tengo que volver a empezar. Un planeta que sea sólido, que no me deje hundir.
Soy de lodo, soy maleable, soy fria, violeta y me deshago con la lluvia.

Me extraño.

Me temo.


Sofía. 

Lejos

Volvió a leer el cuento corto. Ya lo sabía de memoria, pero le gustaba vivir en una vida que no era de ella. Cerró los ojos y se imaginó all...