martes, 17 de noviembre de 2015

Ficción Chantilly

    ...Y dijo "Te quiero" mientras se le metía entre las piernas. 

    Pobre Sofía.

    Sintió como se abría paso y como se hundía en el corazón. Fue como si le atravesaran y le cortaran la desconfianza. Tanto sentimentalismo le revuelve a uno la cabeza. Esas cosas no le pasan a Sofía, esas cursilerías de película, de luz apagada, de abrazos, de besos tiernos, de orgasmos conscientes... De cariño, eso es como ciencia ficción.

    Tal vez a Sofía si la han querido -después de todo nunca se puede saber lo que el otro siente- pero no así. El cariño de Sofía siempre ha tenido algo ahí, una espinita, ya sea porque sabe que le toca esforzarse por dos, por desconfianza o por ser consciente de su utilidad... Sabe lo que es un objeto. 
    Tal vez Sofía si ha querido, tiene poco tiempo y jura haber estado enamorada, tal vez sólo han sido trabas que se mezclan con cariño, a fin de cuentas el amor es para "pobres y maricas". 

    Es que el cariño hacia cada persona es distinto, es una mezcla de sensaciones, como sabores de helado. Con cada uno ella es un helado distinto y acaban comiéndosela y y dejando la servilleta por ahí. Cada persona es distinta, tiene su sabor, sus miedos, sus angustias, tiene eso que hace desconfiar... ¿Por qué él no?

    Cuando a uno se le meten en la cabeza y se la untan de sentimientos, hay problemas. Sofía sabía eso, lo sabía de memoria, no es una niña, no tiene 6 años y no cree en cuentos de hadas, ni en seres buenos, ni en la sinceridad. Sabe que las mentiras son el pan de cada día, sabe que a los hombres les gusta jugar con muñecas como si fueran de plástico, tal vez porque en la infancia el estereotipo no los dejó acercarse a una Barbie. Sabe que no hay que creer en nadie, pero también sabe que ya le rompieron el corazón y no murió, sabe que es inmortal, invencible, sabe exactamente como se siente, sabe por qué las acciones borran las palabras. 

    Lo sabe todo, no sabe nada. Sabe que pasó pero no que está pasando... ¿"Te quiero"?¿No se supone que iba a levantar la muralla para dejar de ser un libro viejo, para dejar de ser una servilleta de restaurante, para no dejar entrar a nadie? La vida da vueltas inexplicables y hay cosas incontrolables... ¿Se preocupan por ella?¿Quién sería tan pendejo de preocuparse por una peladita que es de follar y botar?¿Quién sería tan idiota de creer que se pueden preocupar por alguien así?

     Sofía nunca lo había hecho así, dulce, cálido, cargado de sentimiento. Nunca se la habían comido con ternura. Siempre se cuidó que fuera algo salvaje, físico, rudo, como quitarse una molestia de encima con violencia, así la vida era más fácil. Hay cosas que no vale la pena untar de sentimiento...Valía... Esa noche, en una realidad alterada, la luz apagada y un "te quiero" entre las piernas, la razón no podía entrar por la ventana, no cabía. El aire estaba saturado de una sustancia pegajosa, desconocida... ¿Qué es eso?... Era un ambiente vomitivo, tierno, frágil, personal... Y Sofía estaba a gusto. 
http://cdn.comefaretutto.com/wp-content/uploads/2010/12/crema-mascarpone.jpg

    Le están revolviendo la cabeza, como crema chantilly. No siente que sea muy pronto, podrían pasar 50 años y esa inquietud seguiría ahí... Le están bajando los sentimiento y se los dejan entre las piernas, los mezclan con lujuria y se le cagan el orden interno que tiene, la separación, la regla de estar mas sola que nunca mientras se le retuercen las piernas de placer. 

    Y lo más desconcertante es que no tiene miedo, como un animal que llevan cómodamente al matadero, como un preso al que le dan su ultima cena antes de cumplir su pena de muerte, como un enfermo terminal que ya no llora... Sofía está asustada, pero ya no es miedo, ya no es pánico, ya es más fuerte. Ya no da un paso atrás, sabe que debió correr, hace mucho, sabe que está prohibido quedarse a dormir en casa ajena, hablar después de venirse, escribir, preguntar. Sabe que está rompiendo todas las reglas al tiempo, que se está dejando ver vulnerable y que eso se paga. Sabe que ella es siempre la pendeja... Sabe que ella siempre paga.

Sofía sabe que esa voz tiene algo... Algo letal.

-Belcebú.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Plegaria a la cafeína.

A la gente se le pasa la vida pensando en como se pasa la vida... La gente es rara.

¿Y si me pierdo?

En ese mar de números y cuadriculas es tan fácil quedar atrapado que es inevitable plantearse la pregunta... ¿Y si me pierdo?¿Y si me olvido?¿Y si no escribo?

Me gusta plantear que es problema de la Lula del futuro... Pero soy la Lula del futuro para alguien en el pasado ¿Y si lo hice mal?

No dormir nos pone existenciales, por eso la gente feliz duerme, ríe, come, sueña, sospecha... ¿Sospecha?¿Qué sospecha?... Ellos saben algo que nosotros no... Acabo de excluirme del grupo de gente "feliz", últimamente estoy muy feliz, no sé porqué hice eso, estoy improvisando... Es el sueño

Debe ser la edad, lo lejos que estoy de acabar, de entender, lo mucho que me falta explorar, lo mucho que aún debo preguntar, el poco tiempo para leer, lo volátil de un orgasmo, el hambre, el estrés, lo poco que puedo dormir... Es eso, es el sueño...

La vida se nos pasa y no apreciamos cosas como noches de sueño tranquilas, acompañadas, salvajes, tiernas, vacías de intención... La vida se nos pasa y no nos damos cuenta del valor de los segundos, no los atrapamos, no los retenemos, los dejamos explotar en nuestra nariz. Explotan. Se pierden. Se desmaterializan. Se duermen en nuestra memoria y mueren. Se pasan... Que no se nos pase... No quiero.

El sueño pesado, atontador y doloroso es una sensación horrible.

Que no se nos acabe el café.

Amén.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Ambiciones y no exigencias

Hoy quiero escribirte porque nunca te he escrito, porque te atravesaste en mi vida, porque llegaste en el peor momento y con la peor sonrisa... Esa sincera. Hoy quiero escribirte porque llevaba meses sin sentir ganas de llorar de alegría, sin poder calcular cuanta felicidad sentía, sin petrificarme por el miedo a confiar.

Hoy hace frío, llovió, es un día gris y muerto, como te gusta.

Hoy me pongo una cobija, me siento en el sofá, pongo a Yann Tiersen y escribo, sonrío, lagrimeo, me emociono... No sé porqué estoy así. Al principio creí que era tristeza y me di cuenta que no, no es tristeza, no es ese dolor en la boca del estómago que me venía atormentando hace tanto tiempo... No estoy sola, no estoy adolorida, no siento amargura ni impotencia... No es eso.

Hoy miro la noche por mi ventana caer lentamente sobre mi vida, sobre mis ojos, la veo comerse mis sueños y abrazar mis esperanzas. Pienso en dónde están los tuyos, pienso en tus metas, tus misteriosos anhelos , tus ojitos. Pienso en el poquito, en el minúsculo tiempo que hemos compartido, en los átomos que han viajado a través del poco espacio que nos separa cuando nos vemos, en lo lindo que ha sido, en las ilusiones frágiles como burbujas de jabón que se apelmazan en la cabecera de tu cama cuando me despierto y te veo dando vueltas esperando a que abra los ojos. Me obligo a abrirlos para no dejarte sólo, me obligo a dejarme conocer para que te sientas bien, me obligo a no sentir miedo, peor cuando soy consciente que no tengo miedo siento ansiedad, y llegas tú y me das un beso y toda la ansiedad, el miedo, la conciencia, el sueño desaparecen.

Mientras escribo esto se enfría mi chocolate, es de noche, suena La valse d' Amélie y no estoy triste, pero no puedo ver, las lagrimas están impidiendo que el tacto de mi corazón pueda organizarse en letras digitales frente a esta máquina que nos ha deshumanizado... Aún así la prefiero sobre las cartas escritas, siempre que escribo con puño y letra es porque la desolación no me permite teclear.

No puedo dejar de pensar en ti y de sonreír, tengo miedo al cariño, al apego, al "te amo", es una palabra muy grande, más que "feliz" y tiene dos letras menos. Aún no... Ojalá me des tiempo.

Me ilusiona tu ranciedad, tus orejas rojas cuando te invade la pena, tu risa sin sentido en estado más grande de atontamiento que te rodea cuando tu corazón se llena de fuertes emociones, tus ojitos cuando me miran desde abajo y se ven más grandes, tus manos, tu nariz, tus besos, tu seriedad. Me absorbe tu esencia, eso que te vuelve y te define, no lo puedo describir, eso por lo que me preguntas todas las mañanas porque te enloquece que exista algo que no puedes controlar. Me intriga que quieras controlar cada pequeño espacio del universo y me fascina desordenar esos patrones para revolverte la cabeza, salirme de tus esquemas, revolverte las neuronas.

Es que quiero entrar en ti y desordenarte, quiero que no entiendas qué pasa, cuándo pasa ni cómo. Quiero hacer estragos como una tierna ventisca que acabó con las casitas de palo de los niños en el bosque. Quiero ser tu caos, tu detonante, quiero que explotes para que te vuelvas a organizar y descubras cosas de ti que no sabías, quiero que no te aburras de lo que eres, que te descubras, que te enfrentes y te ganes... Y después me abraces y me pidas que me quede.

Me embriaga el sonido de tu voz a través de tu pecho, tu obsesión con las horas del día, tu odio por el sol y el calor, tu profunda pelea con el orden de tu casa, tus ganas controladas, tus miedos disfrazados, tu curiosidad insaciable, tu incredulidad ante mi posición de la vida "grande", tu inocencia, tu falta de fetiches, tu abundancia de palabras. No entiendo tu amor por las ciudades, lo lúgubre, el duelo sobre el sexo, las llamadas.

Despertar, tomar conciencia, escuchar una voz grave hablándome con dulce sinceridad mientras me pide que me levante, que es hora... Eso lo vale, vale el día, vale la semana, vale la pequeña muerte que viene con abandonar las cobijas y almohada a su suerte.

http://wallpapercave.com/wp/jw6twgs.jpg


Es maravillosa tu obsesión por poner bien mi tecla Y y H, por ser el mejor en lo que haces y por conocer la raíz de mi tripofobia, mi miedo con el dinero, mi rechazo a las relaciones, mis últimas lagrimas, mis puntos de cosquillas. Es increíble cuantas preguntas tienes para mi.

Quiero que trates de dejar el cigarrillo y odies que yo sea tan mala influencia... Quiero nunca olvidar  que me dejaste entrar primero en tu vida y después en tu cama.

Quiero tu centro, tu núcleo tiene esa parte adulta de contador de estrellas con la que luchas revelándote con cosas simples como estudiando. Quiero tu comprensión por los otros y tu odio a los ineptos y prepotentes. Quiero desesperadamente tus miedos incomprensibles y las cosas que ocultas, todo eso que se esconde detrás de tus camisas de cuadros, los quiero para mi... Sólo un pedacito... Sólo una pequeña parte.

Quiero que sonrías, te apenes, me abraces, me pidas bailar contigo, me bailes en el carro, me conozcas y me preguntes por qué me pareces loco, me dejes jugar con tu Darth Vader cara de papa, quiero escribirte en el tablero cosas que no entiendas. Quiero que me dejes leer tus pensamientos y que me des las gracias tanto como yo digo "lo siento".

Quiero todo.

Quiero que no se me salga un "te quiero"...

Lula

Lejos

Volvió a leer el cuento corto. Ya lo sabía de memoria, pero le gustaba vivir en una vida que no era de ella. Cerró los ojos y se imaginó all...