jueves, 8 de agosto de 2013

Los problemas de lo platónico.


Wikipedia (una fuente confiable... A veces) define la fantasía sexual como "Representaciones mentales creadas por el inconsciente teniendo como tema principal las relaciones sexuales." Por otro lado, cuando uno dice que quiere tener sexo con alguien con quien no va a pasar, por lo general es alguien sexualmente atractivo (aquí se denomina como "estar muy bueno")... Uno nunca piensa en alguien que admire.

Soy de esas que perdió la fe en la humanidad hace un buen tiempo, no creo que nadie tenga una buena intención conmigo sin otro propósito escondido (a menos que sea mi familia) y tampoco creo en la bondad... Biológicamente el altruismo es autodestructivo (pero ese no es el tema de esto) así que no creo en eso de ser altruista. Pero, como todo en la vida, he encontrado algunas excepciones. Hace un tiempo conocí a alguien que denominaba "la mejor persona del mundo", cuando yo le decía así me respondía "Eso no es verdad, no me conoces", así que me generó curiosidad y decidí conocerlo.

Conocer a alguien es un proceso peligroso, casi siempre cuando se conoce un poco más de lo normal a alguien, se genera cariño por pura solidaridad con sus pensamientos, miedos y realidades. Por eso no me gusta conocer a muchos, porque no quiero llenarme de cariños innecesarios. Genero un filtro y trato de conocer sólo a los que creo que me van a enseñar algo (si ven, mi segunda intención es aprender algo, nadie hace nada porque sí).

A este personaje lo decidí conocer, hasta tal punto que lo empecé a querer, no como uno quiere a una pareja, sino como uno quiere a alguien que está lleno de cicatrices. Es mayor que yo y ha tenido una vida muy interesante, me contaba sus años de disciplina y desorden... Y en medio de todas esas palabras, ese gusto se volvió atracción... Y la atracción llevó a un beso y a otro, y a otro... Y con el tiempo los besos ya no eran sorpresivos, con el tiempo salíamos a tomar una cerveza y hablar sobre lo que me faltaba vivir y que él ya había vivido, con el tiempo me invitó a conocerlo de verdad.

Un día me invitó a su casa, yo como persona desconfiada asumí que no quería sólo demostrarme que en realidad sabía cocinar, así que me negué, pero él insistió. Yo iba con la firme intención de decirle que no. Me sirvió la comida, me dio vino y cuando ya era tarde le pedí que me dejara quedarme a dormir. Me cedió su cama y se fue a dormir al sofá. Cuando estaba en su cama pensé que efectivamente era la mejor persona del mundo. Al poco tiempo volví, era una noche fría y había sido perseguida por casi dos cuadras por un señor muy extraño, estaba asustada y quería un abrazó. Me recosté en la cama y le di un abrazo, un beso, dos besos, tres besos... Deseé que él no fuera la mejor persona del mundo, me esforcé para que lo dejara de ser y así fue. Esa noche también hablamos de todo lo que se nos ocurrió.

Con el tiempo dejamos de hablar, de contarnos cosas, de reírnos juntos de la gente que cree que la apariencia lo es todo y que la edad se lleva lo mejor de las personas. Con el tiempo nos conocimos más y él dejó de ser la mejor persona del mundo y yo dejé de ser la "niñita". Con el tiempo me dolió perderlo, me dolió conocerlo. Y ahora pienso en que ambos habríamos sido más felices sin haber vivido esa noche.

De esa experiencia generé una nueva teoría "Uno no se puede acostar con alguien que admiré", y no me refiero a tener sexo sino a dormir, a poder pasar una noche junto a alguien, a permitir que en la noche se digan cosas que no se dirían de día, a conocer a esa persona que ya no es tan platónica, ni tan admirable.

A veces lo extraño, le escribo, le hablo, pero algo en los dos se rompió... Seguro él también me conoció a mi.

-Lula

Lejos

Volvió a leer el cuento corto. Ya lo sabía de memoria, pero le gustaba vivir en una vida que no era de ella. Cerró los ojos y se imaginó all...