domingo, 16 de febrero de 2014

Chef Ejecutivo

- El man es un cafre y usted una perra.
- Usted también tiene moza. 
- Eso no me quita lo cafre. 
- Vea Goyo, si soy perra o no, es problema mío. 
- No, usted se metió con ese pendejo, también es problema mío. 
- ¿Por qué? ¿Está celoso porque no se lo ha podido culear o es que ese güevón es su novia?
- Susana, el man es el prometido de mi hermana. 

A Susana se le resbaló el vaso de las manos, rebotó en el suelo y se hizo trizas. El preciado ron que este contenía encontró su ruta de escape entre las grietas del piso de madera. 

Yo sólo los escuchaba hablar a lo lejos, para mi lo que pasaba era una mala película proyectada ante mis párpados y la realidad era una mezcla de cigarrillos, pepas y ron. Esa amargura me era ajena, pero un pedazo de mi cerebro seguía funcionando y se preocupaba por Susana. 

Yo sabía que eso iba a acabar mal pero no había calculado la magnitud del terremoto. Sabía que él no la tomaba en serio, sabía que Susana era un juguete y él un idiota que - como todos los idiotas - se cansa pronto de los juguetes. 


Susana había cambiado varias veces de carrera, había sido médica, y había decidido que ayudar a la gente es el don de las personas que les gusta darle sonrisas al público mientras comen con cuchara mierda recién cagada por un desconocido que apesta a miedo. Había intentado economía pero el dinero también sabe a mierda cuando toca estudiarlo sin tenerlo. Finalmente había llegado a gastronomía, donde su platillo favorito era la jugosa verga de uno de los  Chef que se paseaba entre la cocina y las piernas de alguna chiquilla. 

Todos sabíamos que ese chef se había ido a Argentina persiguiendo la hermana de Goyo, porque ella sólo le habría la boca para probar sus platillos y no se había dejado atorar la verga hasta la garganta. Todos sabíamos que Susana lloró la noche en la que él despegó detrás de ese par de piernas recatadas. Todos sabíamos que había vuelto un año después y había invitado a su cocina a por lo menos tres ex estudiantes, entre esas Susana. Pero había algo que sólo Goyo sabía: él y su hermana habían vuelto para casarse en esta ciudad de mierda, donde un español que lavaba baños en un Motel en su tierra es tratado como todo un chef. 

Sé que Susana me buscó en el piso y me abrazó, se acomodó entre mis brazos y lloró. Sé que la atoré a punta de pepas, ron y cigarrillo, y también sé que lo hice porque sabía como es ella una vez se vuela de este mundo. Sé que pusieron música romántica y bailamos, bailamos hasta que el cielo empezó a aclarar y sé que lo vimos cambiar de color en el balcón. 

Sé que le puse la cara mientras mirábamos al cielo y sé que ella metió tiernamente su lengua en mi
garganta, hasta que el odio la consumió y me besó con violencia, con rabia. Y con esa rabia me llevó hasta su cuarto, me arrancó la ropa y me mordisqueó con desespero mientras yo me abría paso entre sus piernas... Y así le hundí una parte de mí, con irá, con las manos amarradas y la boca llena de su clítoris... La volteé, con impaciencia la monté para obligarla a olvidar ese nombre. Todos los nombres.

Desperté, ella no estaba. Se estaba tragando a Sofía a besos en el baño. Sentí rabia, había olvidado a Sofía en medio de las pepas, había olvidado que estaba en el balcón. Entré, me duché y me fui.  

Ellas no querían sentir placer, sólo querían saber que se sentía morir de deseo. Ellas querían saber porque las vergas tenían tanto poder. Sofía se estaba vengando. Susana quería ser, sólo por una noche, el prometido de la hermana de Goyo. 


-Belcebú 

martes, 11 de febrero de 2014

El puré y la salsa de tomate.

No sé cuando fue la primera vez que escuché "First Day Of My Life" de Bright Eyes (http://www.youtube.com/watch?v=zwFS69nA-1w&feature=kp) - No sé muchas cosas de mi vida, tengo una memoria pésima-, tal vez era muy pequeña, tal vez tenía que estrellarme muchas más veces… Tal vez… 

El caso es que esa canción se ha vuelto realmente especial para mi, no sé en que momento pero ahora es muy especial. Seguro todos tenemos canciones así, los artistas las hacen para eso, para que todos sintamos una parte de la canción en nosotros. porque somos egocéntricos, porque creemos que el mundo conspira para hacernos reír… O llorar. 

Hoy soy la persona más egocéntrica del mundo, siento que todo conspira contra mí. Hoy soy egoísta y grosera, no quiero hablar con nadie, pero no quiero hacerme capullo de oruga para mañana ser una linda mariposa… Hoy no creo en cuentos de hadas, en para siempre, en dragones, monstruos y sueños. Hoy no creo en libros de ficción ni comedias desabridas. Hoy no creo en la salsa de tomate. 

El problema de las noches en las que uno no cree es que no tienen emoción, se llenan de esa sustancia pegajosa que resbala en las paredes y lo deja a uno atontado, como después de una migraña o una traba. Esas noches no son las más felices pero por lo general las que le siguen serán tristes, es un mecanismo para evitar realidades aplastantes que sólo le llenan la nariz de melancolía y los ojos de marihuana. 

Hay días en los que uno simplemente se levanta sin creer, en los que todo se mueve por inercia, en los que el chocolate no es dulce y las gomas se deshacen. Hay días para todo, para follar, para leer, para aprender, pero también hay días para nada, días que pasan porque les toca, porque el calendario los obliga, porque si no pasan que va a pasar. Pero los días que uno no cree son como el puré de papa frío, no saben a nada, no se sienten, no se disfrutan. Los días en los que no creo la comida se siente sin sal, el frío no congela y el calor no me aterra. 

Pero los días que creo después de ese día son peores, son fríos, salados, aterradores… Esos días uno siente que está triste porque sí y porque no, por la viejita que cruza la calle, el sol que calienta las plantas, la gente que se ríe… Entonces yo decido dejar de creer, casi permanentemente, porque es más fácil vivir con puré de papa que con un maldito plátano caliente metido entre el culo y
http://www.youtube.com/watch?v=zwFS69nA-1w&feature=kp
un hueco que no se llena ni con sexo.

Estaba yo así, pasando la vida como puré cuando sentí esa canción, en algún momento de la masa de papa ya la había escuchado, pero un día la sentí y recordé lo que era volver a creer, y no me refiero a creer en el amor ni esas cursilerías viscosas, a creer simplemente, a creer en las mariposas, las comedias, las mentiras que nos cuentan los libros y la salsa de tomate. 

Mañana no voy a querer creer, pero en dos días tal vez quiera hacerlo, tal vez escuche esta canción y lagrimee, y moquee y me ponga sentimental. Tal vez me tome una, dos, tres, cuatro, diez cervezas pero voy a seguir creyendo, y eventualmente me voy a dar cuenta que no hay nada tan poderoso como para no creer… Hasta que pase algo más… 

- Lu

domingo, 9 de febrero de 2014

Felices años 20

M:

Algún día irás a buscarme, cuando quieras hijos, boas e iguanas, y seguramente yo seguiré igual, por ahí, dando tumbos por la vida, o tal vez ya haya muerto.

Tal vez por inercia vengas a buscarme, o tal vez tengas una chica mejor frente a ti, con tetas más pequeñas, culo más grande y corazón con menos huecos. Tal vez ella tengo un bonito pelo rubio, rojizo o negro. Tenga ojos claros, los pezones del mismo color y no sea buena en la cama, o tal vez sea mejor. Tal vez ella quiera hijos, un perro, un bonito carro y acciones en el club. Tal vez ella sepa cocinar, coser y planchar, tal vez no le guste la cerveza y no le siente mal el vino. Tal vez sea una ama de casa ejemplar, una excelente profesional, sea muy ordenada y quiera cinco hijos, o seis. 

Tal vez se preocupe por tus caprichos, te compre libros y sacos, no vea Star Wars y esté en contra de la violencia dura y excitante de Tarantino. Tal vez se acuerde de todas las fechas importantes y tenga bonitos detalles contigo, se levanté temprano, se maquille, haga tu desayuno y se arregle el pelo. Tal vez te abrace cuando se lo pides y sea más importante para ella el abrazo después que el orgasmo antes. 

Y tal vez por eso, por ser tan perfecta, no la quieras. Tal vez me recuerdes con 20 años. Tal vez quieras organizarte con alguien que te desorganice la vida, para no sentir emoción sólo cuando eyaculas, para sentirte roto, para sentirte bien estando mal. Tal vez quieras organizarte con alguien que no le importé dormir con una iguana en la carpa, que odie los tacones y le guste el barro. Tal vez quieras a alguien que sepa la diferencia entre un perro y un Wokiee, y entre Hércules Poirot y Sherlock Holms. Tal vez busques a alguien roto, extraño, complicado... Alguien que llore porque le tiene eterno asco a su lengua, que se levanté a las doce del día buscando desayunar Vodka con jugo de naranja y se acueste a las 4 de la mañana después de tomar cerveza y buscar ranas en caños. Tal vez quieras a alguien que se muera por la ciencia y odie a la gente, alguien que sólo pida que la consientan cuando tiene cólicos y quiera tratar de programar. Tal vez no te guste el vino con gaseosa y te canses de arrumar tantos libros, pero tal vez eso no lo pienses cuando vengas a buscarme. 

Tal vez quieras a alguien no tan perfecto, alguien que no sea como esa que te solías comer que no se moría por nada, esa que sólo quería pasar los días o esa que le dolía la realidad de la gente. 

Tal vez no vivas el sueño americano junto a mí, no sepa hacer pasteles y nunca tienda bien la cama. Tal vez me ponga brava por cosas como que no me corre un programa o que no me dejan colectar especímenes para investigación. Tal vez me frustre porque se me olvidan los nombres de los bichos y no me acuerde de cuando me buscaste.  Pero si me buscas te prometo que eso va a seguir siendo así, no voy a gastar millones en llenar mi armario pero tal vez necesitemos una nueva biblioteca. No haré dieta y posiblemente no deje el cigarrillo, pero tampoco voy a dejar de decirte mentiras en las verdades.

Lo único que podría cambiar sería aprender a confiar, aprender a hablar contigo y tal vez  no ponerle a la boa tu nombre.  

-S. 

domingo, 2 de febrero de 2014

Querer no es para todos.

- ¿Sabes hace cuantos años no te veía querer una persona?.

"Querer es para maricas y pobres" me decía a mi misma cada vez que encontraba a alguien metiendosela hasta el ombligo a mi amiga, cada vez que le creía a una vieja y después otra me decía que ella afirmaba que yo era "más fácil que la tarea de un niño de primaria" y "más ilusa que un cristiano", cada vez que volvía a la casa con ganas de un abrazo y estábamos un libro, el vino, mi dildo y yo. 

-¿Cómo sabes que lo quiero? 
- Porque le diste ese te quiero. 

Querer a una persona es difícil, hay distintos "te quiero", está el "te quiero follar muy duro y quiero venirme en cualquier lugar que implique tu cuerpo", el "te quiero en este preciso segundo pero mañana tal vez no te querré", el "te quiero a medias porque quiero a tantos que debo dividirlo" y el "te quiero". Cuando uno quiere de verdad no va a querer siempre, cuando uno quiere de verdad va a volver a ver a la persona años después y aún va a haber algo, una chispa diminuta y estúpida que lo va a impulsar a abrazarla, pero no es ese cariño. Cuando uno quiere de verdad se condena. 

- ¿Él se va?
- Sí. 

Tengo la costumbre de querer cosas imposibles, como a alguien que vive en el otro extremo del planeta, alguien en quien no confió, alguien roto o alguien mentiroso. Esta vez es alguien que está lejos, un idiota que me cuida, en el que no confío y que se va. 

- Por eso lo quieres
- ¿Por qué se va lejos? 
- No, porque no está cerca. 

No tengo muchos amigos, nadie me dice la verdad. Nadie me ha regañado por no comportarme como una dama con un desconocido mientras me atragantaba con ron en el cuarto del lado, por poner el trabajo por encima del sexo o por no decirle a esa persona que la quiero aún sabiendo que la adoro, nadie excepto Goyo. Goyo es... Es Goyo, es bueno en la cama y con las borracheras, y malo en el resto de cosas que impliquen estar sobrio. Ahora mismo me analiza porque se cansó de esperar a Andrea y necesita ocupar su mente en problemas ajenos. 

Cuando Goyo dice algo serio es mejor escucharlo. 

-¿Y eso es malo? 
- Para ti es perfecto, pregúntale a él. 

- Lu 

Lejos

Volvió a leer el cuento corto. Ya lo sabía de memoria, pero le gustaba vivir en una vida que no era de ella. Cerró los ojos y se imaginó all...