miércoles, 27 de enero de 2016

La Dispute

Cuando hablan de personas impedidas socialmente sólo tienen burlas y chistes. No sabe el dolor de la causa. 
Quiero olvidar esta sensación pero escribir las razones para recordar como se pudren las cosas si no se eliminan los hongos. 
Sentir la necesidad de llorar ya no es opción, poner cara fuerte es más fácil, es más duro, menos infantil. No sé a donde voy con esto, a donde vamos, pero sentir que tenía que verme llorar para creerme me partió la cabeza... El corazón ya se había roto al ver que no encajaba en las expectativas. 

Pocas veces he sentido no ser suficiente para sonreír, disfrutar, aportar... No puedo recordar el último "no soy la gran cosa" que realmente me dejó sin dormir, pero al buscar ambiciones y no exigencias, al no trazar nada y sólo esperar ser feliz el corazón se vuelve flexible, pero también se quiebra. 

Hay algo que no dije y si hoy ha de morir me voy a arrepentir, hay una cosa que no dije y otra que no hice... Llorar en los brazos de alguien siempre me ha dado miedo y decir 2 palabras me cuesta, el aire se vuelve caliente y asfixia mis pulmones. Cosas como esa es ser socialmente impedida. 

Estoy cansada, enferma, temblando. Siento el frío de la sabana en mis huesos, siento filtrarse la tristeza y añoro el cigarrillo y la cerveza... Enfermarse es realmente tedioso. 

No quiero nada hoy, no quiero a nadie, no me quiero a mi. No soy capaz de pronunciar, de exigir, de delimitar. Siento que todos siempre serán las víctimas menos yo, siento que no debo sentir calor, que no poseo ese abrazo, siento ganas de correr. Hoy no me quiero, fui una persona detestable, estaba asustada y me volví un monstruo, ataqué y no pude correr, no pude tomar, no pude hacerme más daño. 

Hoy no me siento, todo me afecta, me duele, sangra. Ni siquiera deseaba escribir esto. Lo hago en un intento desesperado de organizar mis ideas porque mi estómago es caso perdido.

Hoy deseo haberme quedado, haber respirado, haber hablado. Deseo haberme esforzado por parecer normal, comunicativa, tranquila, por no ser incomoda. Pero como todos los deseos, no son más que malestares momentáneos que se atoran en la garganta y no llegan a pronunciarse... Así soy yo, un malestar momentáneo, un nudo, una incomodidad. 

No pienso sentir lástima por mi, hace rato entendí que iba a ser siempre yo... Sólo quiero cerrar los ojos un minuto y soñar que no estoy tan sola. 

Esos sueños sólo hacen daño. 

- Lu


Lejos

Volvió a leer el cuento corto. Ya lo sabía de memoria, pero le gustaba vivir en una vida que no era de ella. Cerró los ojos y se imaginó all...