A veces tengo la sensación de que la gente a la que le escribo merece saber que lo hago, cómo lo hago y por qué lo hago… Siempre escribo lo que no digo, siempre leo lo que no hago.
Tal vez si escribo aprenda más de mis errores. Tal vez si escribo no le regale mi felicidad a un recuerdo o mi salud a un viejo… Tal vez si escribo pida menos citas al médico o al psicólogo y tenga más citas con personas interesantes de mirada profunda y cabello alborotado.
A veces tengo un millón de sensaciones pero no puedo expresar ninguna, por eso escribo. A veces quiero que sepan de que las sensaciones existen, por eso les leo, pero no a ellos, leo para otros que tal vez puedan aprender conmigo…
A veces simplemente me desvanezco en las palabras y al leerlas veo que la gravedad del asunto sólo está en mi y que lo que cayó en mi cabeza tan sólo fue una manzana.
- Lula